118. Enseñar química con laboratorios remotos en la universidad

Resumen:

La pandemia de COVID-19, las medidas sanitarias adoptadas y la consecuente Enseñanza Remota de Emergencia, tendiente a garantizar la continuidad educativa, forzaron la introducción de una gran cantidad de innovaciones en las prácticas educativas. Si bien, muchos de los cambios incorporados a las propuestas de enseñanza no tuvieron el tiempo suficiente para su armónico desarrollo, resultan un insumo valioso para repensar la universidad ante los nuevos escenarios digitales o híbridos de la pos pandemia. La Cátedra Idoyaga de Química del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reúne a más de 40 docentes y atiende las necesidades educativas de alrededor 7000 estudiantes por año. El curso de química asume desde 2022 una modalidad híbrida con clases estructuradas en un aula virtual y encuentros presenciales destinados a sostener discusiones, resolver problemas y llevar adelante distintas dinámicas de trabajo. Una de las principales reconfiguraciones de la enseñanza, iniciada durante la pandemia y sostenida después, implica el trabajo en un laboratorio remoto (LR) de valoración ácido-base desarrollado en el marco de las actividades del proyecto UBATIC 2021-2022 titulado “Extender el laboratorio para potenciar la enseñanza en escenarios híbridos”. Los LR son un conjunto de tecnologías hardware y software que permiten a estudiantes y profesores llevar a cabo actividades experimentales reales remotamente. Se trata de prácticas que permiten el tratamiento de datos empíricos con la incertidumbre asociada al proceso de medición. La manipulación del equipamiento se realiza a distancia, en cualquier momento y desde cualquier lugar. Las actividades del proyecto incluyeron el diseño de diversos materiales para el trabajo en el LR desarrollado y la indagación de las estrategias de enseñanza del cuerpo docente y de los aprendizajes de los estudiantes. Los resultados obtenidos permiten concluir que los LR brindan la oportunidad de aumentar la autonomía de los estudiantes permitiéndoles repetir y modificar sus prácticas para autorregular el aprendizaje de procedimientos intelectuales y sensorio-motores íntimamente vinculados al quehacer experimental. Además, la utilización de LR en macrouniversidades, de aulas heterogéneas y acceso irrestricto, como la UBA, podría favorecer que el profesorado ajuste su enseñanza a las necesidades educativas de múltiples perfiles estudiantiles. Por último, en relación a aspectos vinculados a la usabilidad y satisfacción de los estudiantes, el diseño de un LR de fácil utilización permite que la carga cognitiva de la actividad experimental se concentre en la construcción de significados, y no en cuestiones vinculadas a la interfaz de la actividad.

Autoría: Gabriel Leonardo Medina, Betsabé Olliver e Ignacio Julio Idoyaga