Rediseño de las prácticas de evaluación

Resumen:

Cuando pensamos en una modalidad de educación a distancia, no siempre imaginamos una modalidad de evaluación con el mismo formato. En el programa a distancia UBA XXI, la evaluación habitual es presencial y obligatoria, con dos exámenes parciales y un examen final para los casos en que no se promociona. Esta evaluación es de carácter sumativo y tiene como propósito verificar el grado en que han sido alcanzados los resultados de aprendizaje. En el marco de las disposiciones para la contención de la pandemia de COVID-19, esta evaluación habitual se vió modificada, estableciéndose un formato con: dos evaluaciones de carácter formativo, con el objetivo de determinar el grado de avance del proceso de aprendizaje, y un examen final virtual y obligatorio. En este contexto, surge el desafío de elaborar mecanismos y procedimientos diferentes al resto de las materias de UBA XXI, puesto que Introducción al Conocimiento Proyectual I es una materia teórico-práctica que se desarrolla a través de actividades y procedimientos eminentemente prácticos con el foco puesto en el hacer y sus procesos de trabajo. Esta asignatura del CBC correspondiente a las carreras que se dictan en la FADU-UBA, si bien inició su proceso de conformación durante el año 2019 siguiendo el formato pedagógico habitual de UBA XXI, comenzó su dictado en el segundo cuatrimestre del año 2020, en pleno proceso de educación de emergencia. La experiencia de Introducción al Conocimiento Proyectual I contempla un doble desafío: el diseño y desarrollo de una materia con contenido de carácter teórico-práctico para un programa a distancia y la implementación de un sistema particular de evaluación por portafolio en el contexto de pandemia y distanciamiento social. Para ello se elaboraron los contenidos junto con una serie de actividades que conforman el portafolio del estudiante con el propósito de que transiten un recorrido por la investigación, la experimentación y la elaboración de proyectos. Ambos desafíos interrelacionados, encontraron respuesta a través de formatos en la recepción virtual de trabajos con mucha cantidad de información visual y la incorporación de instrumentos que permitan evaluar procesos y al mismo tiempo utilizarlos como herramientas para el aprendizaje. El regreso a la presencialidad nos generó nuevos desafíos y nos planteó la necesidad de repensar las estrategias de evaluación que nos permitan capitalizar las experiencias transitadas en las evaluaciones por portafolios e implementarlas en un contexto de presencialidad, transformando así evaluaciones de carácter sumativo en evaluaciones de carácter formativo.

Autoría: Verónica Sordelli, Luciana Anarella y María Antonia Nosiglia

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