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Resumen:
En la Facultad de Agronomía de la UBA, se inició el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y continuamos con las clases que ya habían empezado presencialmente en marzo de 2020. La enseñanza remota de emergencia estuvo totalmente mediada por lo tecnológico. La plataforma educativa Moodle de la FAUBA, con sus múltiples herramientas, cobró un rol central en la enseñanza y la comunicación entre docentes y estudiantes para la mayoría de las materias. Instalada desde 2012, la plataforma era utilizada por pocas materias como repositorio de material y escasas veces para generar intercambios. Los docentes al inicio de la pandemia, con un panorama diverso en equipamiento, conectividad, conocimientos técnicos y pedagógicos para la inclusión de tecnología en nuestras propuestas de enseñanza, tuvimos que desplegar estrategias varias para llevar adelante las clases. Las integrantes del Centro de Educación a Distancia de la facultad, quienes relatamos esta experiencia, vimos muchas transformaciones, desde nuestro rol docente y de acompañamiento y facilitación en el uso y la inclusión de la tecnología. Hubo mucho aprendizaje por parte de estudiantes y docentes. Se fueron generando recursos e integrando nuevas herramientas, formatos y estrategias didácticas. Se fueron modificando prácticas, dentro de los equipos, se reorganizaron roles y las comunicaciones fueron más fluidas y frecuentes. Se probó. Se usaron herramientas de trabajo colaborativas, que generaron nuevas posibilidades, reflexiones, cuestionamientos y cambios en las prácticas de enseñanza. Actualmente, post pandemia, se siguen utilizando muchos de los recursos generados en 2020-2021, aunque con menor intensidad. Se utiliza aún la plataforma educativa. En cuanto a las actividades de intercambio docente-estudiante en la plataforma (foros, cuestionarios y tareas), que prepandemia no se utilizaban, aún se siguen utilizando. Según un relevamiento en 21 materias de segundo año de 2 carreras, el 100% de las materias analizadas presentaron actividades de intercambio, de al menos 2 ó 3 tipos en promedio, tanto en pandemia como en post pandemia. Si bien postpandemia bajó la cantidad de actividades virtuales en los cursos, estas coexisten con las clases presenciales. Muchas prácticas de enseñanza se reconfiguraron, gracias a un esfuerzo de una comunidad educativa con un alto grado de resiliencia, flexibilidad y aclimatación a la situación adversa, aprendiendo aceleradamente sobre las tecnologías y las formas de reinventar las propuestas educativas. Nos queda mucho por seguir reflexionando sobre lo presencial y lo remoto, lo a/sincrónico, para consolidar lo aprendido en un modelo híbrido adecuado a las distintas necesidades.
Autoría: Mariela Szwarcberg Bracchitta, Florencia Brignone y Verónica Fernandez Bargiela